lunes, 17 de diciembre de 2012

Esperando un mejor futuro

Esperando un mejor futuro

Urge otro pacto social europeo actualizado que tenga en cuenta las nuevas condiciones objetivas (sociedades más viejas, presencia de millones de inmigrantes) y corrija los efectos más injustos de las políticas económicas adoptadas (ausencia del pleno empleo, empobrecimiento…) recomponiendo el consenso ciudadano, para lo que se necesitan marcos democráticos más agresivos, con participación directa de los ciudadanos en muchas de las tomas de decisiones, así como un papel más activo de intervención en la economía por parte del Estado como gran agente de políticas activas de generación de empleo y riqueza. Lo que no cabe duda es que otras políticas son posibles y pasa porque se refuercen las democracias. No estaría de más dar un repaso a la denostada teoría marxista, eso sí, sin caer en las desmesuras y atrocidades que generaron en cuanto a la prohibición de libertad individual se refiere. 




Ruptura Social

Ruptura Social

La acreditación de la situación crítica por la que atraviesan las sociedades actuales en lo que se refiere a las desigualdades deriva de la ruptura del contrato que dio lugar al modelo social europeo después de la II Guerra Mundial, la mejor utopía factible de la Humanidad. Aquel contrato implícito entre las principales fuerzas políticas (socialdemócratas y democristianos) proporcionó el período más intenso del crecimiento económico (la edad de oro del capitalismo) y la formación de los modernos  Estados del bienestar.



                Stiglitz lo ha resumido de este modo: un pacto entre la parte alta de la sociedad y el resto, en el que los primeros se comprometían a proporcionar empleo y prosperidad y los demás permitían a aquella que se llevase sus beneficios. “Todos vosotros os lleváis una tajada, aunque nosotros nos llevaremos la más grande”, decían. Ese acuerdo tácito, que siempre había sido frágil, se ha desmoronado clamorosamente: los ricos se siguen llevando la riqueza, pero no proporcionan a los demás más que angustia, desesperación e incertidumbre. La clase media está siendo exprimida y el sufrimiento de los de abajo se está haciendo más papable  a medida que aumenta el paro y quedan en evidencia las deficiencias de la red de seguridad con los recortes en los programas públicos y de ayudas públicas, recortes que se están llevando a cabo de una forma tan agresiva que provocan directamente en muchos casos el paso de clase media a excluido social. Algo que se ha urdido de forma ilusionante durante la segunda década del siglo XX, se ha visto cercenado, mutilado, en menos de una década, y la posibilidad de que esta situación sea objeto de un nuevo despegue se hace cada vez más reducida por la desmedida ambición de los agentes de la ideología ultraliberal imperante, los cuales tienen condicionada la actuación de los agentes políticos elegidos por los distintos pueblos, con lo que conlleva de adulteración y manipulación de los regímenes democráticos hasta ahora conocidos.


domingo, 9 de diciembre de 2012

La educación forma parte de la libertad

La educación forma parte de la libertad
 
Sin educación no hay libertad, ese eslogan es clave para que todos los ciudadanos exijan a sus representantes políticos e institucionales que para que haya una sociedad rica y plural es imprescindible una educación pública de calidad, y a la que puedan acceder todos los ciudadanos en igualdad de condiciones, y esa educación empieza en el entorno de la familia, sigue en las escuelas e institutos y culmina en las universidades, a las que las tasas no puede ser un elemento disuasorio para poder estudiar. Los estudiantes en educación social tenemos un reto amplio, pues en nuestras carnes estamos viviendo la regresión de derechos y para ello debemos comunicar, formar, apoyar, informar al mayor número de ciudadanos para que no adopte una actitud pasiva ante la agresión que sufrimos, sino que seamos capaces de formular alternativas que nos devuelvan a lo más importante que poseemos las personas como ciudadanos, que es la dignidad.  
 
 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Brecha Social



BRECHA SOCIAL

Las desigualdades, en el caso de los sectores más desfavorecidos y más débiles, son aún más alarmantes:
  • Discapacitados
  • Personas mayores
  • Inmigrantes
  • Parados...

Sufren la situación de no poder acceder a medios o ayudas públicas de ninguna clase. Se está pasando de los derechos que  tiene toda persona a un desarrollo integral digno desde su nacimiento a la subsistencia a través de mecanismos en donde la caridad es el factor a tener en cuenta. Es decir, pasamos de ciudadanos a súbditos. Ni qué decir tiene que colectivos como presos comunes o personas que precisan ayuda para la desintoxicación de enfermedades producidas por las drogas ven cómo sus programas se ven cercenados por falta de medios.

 

                Esta situación hace que la labor que en la sociedad deben tener los educadores sociales sea ilimitada, pues cada vez nacen problemas nuevos a los que hay que dar respuesta también nueva. Se habla mucho de la utilización de los medios tecnológicos, pero para eso lo  importantes es poder acceder a ellos, ya que no todo el mundo puede.

                Es cierto que los grandes avances de la Humanidad se han producido a través de revoluciones. Quizá la revolución tecnológica que estamos viviendo sea el embrión de la realmente superará los enormes y graves daños que se están produciendo, es decir, movimientos como el 15M, con convocatorias a través de las redes sociales, pueden ser el  gérmen de lo que ha de llegar para combatir el despiadado capitalismo en el que estamos inmersos.

Aquí un vídeo de la brecha digital.



Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=ChkzksyD7ck

viernes, 9 de noviembre de 2012

Punto de partida

DOS IDEOLOGÍAS

Las sociedades actuales se ven convulsionadas en la actualidad por una enorme crisis económica, la cual está arrasando con las conquistas sociales que se han conseguido históricamente, en particular en el siglo XX. En este sentido, y hasta 1989, fecha de la caída del muro de Berlín, convivían ideológicamente dos maneras de configurar la sociedad. En una, la occidental, basada en regímenes democráticos, en donde el concepto de libertad era la máxima expresión para los ciudadanos en general, los cuales eligen sus representantes dentro de una variedad de opciones políticas. La otra, en donde el Estado, la figura máxima, garantizaba a los ciudadanos todas las necesidades básicas para su subsistencia, aunque no había libertad de elección.
 


 

Ese antagonismo derivaba en unas enormes energías de consensos sociales para alcanzar un bienestar para demostrarse los unos a los otros que su régimen era el mejor. Mientras esta etapa duró, el capitalismo en su máxima expresión tenía un control derivado de las instituciones en las descansaba la soberanía popular. Con la caída del muro de Berlín, sólo quedó una opción: el capitalismo.
 

 

jueves, 1 de noviembre de 2012

Contrastes ideológicos...

EL CAPITALISMO


En la actualidad el capitalismo más agresivo y descontrolado es el que representa el sistema financiero, el cual, al verse zarandeado por bancos en quiebra y en crisis, ha conseguido que los gravísimos problemas que han generado se trasvasen a los ciudadanos, los cuales al final son los que van a pagar el saneamiento de los citados bancos. Es vergonzoso que de los 90.000 millones de euros destinados a sanear la economía española, 89.700 millones se hayan destinado a salvar el sistema financiero, mientras que sólo 300 millones se hayan destinado a políticas sociales.



Ese enfrentamiento ideológico es vigente hoy día, pues como  ya manifestó en su momento Norberto  Bobbio la diferencia entre una ideología conservadora, o ultraliberal como la actual, y una ideología progresista se encuentra en el tratamiento de eliminar las desigualdades sociales. Es decir, hoy día estamos viendo de forma más que alarmante, grosera, cómo se atenta contra una educación pública e igualitaria, contra una sanidad pública y universal, cómo se suben las tasas universitarias, cómo se eliminan las becas, cómo se elimina personal docente, sanitario e investigador.
En resumidas cuentas, cómo se eliminan de un plumazo las pequeñas conquistas, que en el caso de España se han conseguido con un famélico Estado del Bienestar.